Malvinas a través del Rock Nacional

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Intentaremos analizar brevemente cómo el Rock Nacional abordó el impacto de la Guerra y sus consecuencias a lo largo de estos 42 años.

Como siempre ocurre con sucesos muy trascendentales en la historia de los pueblos, la mirada social y cultural de los mismos va variando a través del tiempo, y la Guerra de Malvinas con todas sus connotaciones no ha quedado exenta de este fenómeno.

Desde 1982, numerosas bandas y cantautores han dejado a través de letras y acordes su mirada de los sucesos ocurridos en las Islas, así como también han hecho hincapié en la figura de los Veteranos de la misma, y las sucesivas batallas que han debido afrontar desde la finalización del conflicto armado. Ya sea a través de la protesta o del homenaje, las letras y canciones han ido variando, según ha variado la conciencia social sobre el conflicto, dónde el lugar común es la certeza de la necesidad del reclamo de soberanía plena sobre las islas, que nos fueran arrebatadas por el Imperio Británico.


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Es a través de un análisis que me ha acercado una persona allegada, sumado al sentimiento que me une al tema y a esa música a través de la cual siempre me he sentido identificada, que me atrevo a hacer este breve abordaje, sólo para reflexionar acerca del cambio en la mirada que hemos tenido a lo largo de los años, quizás porque algunas heridas están intentando sanar, y que se ven claramente reflejadas en este fenómeno cultural que es el rock en nuestras tierras, porque la mayoría de los artistas que las interpretan difícilmente hayan vivido los sucesos que relatan, pero se hacen eco de situaciones que muestran en estas obras maravillosas que nos hacen viajar a través del tiempo y nos recuerdan sucesos que no debemos olvidar como sociedad.

Si viajamos en el tiempo y nos ponemos en contexto, ya en 1978 León Gieco nos dejaba su «Sólo le pido a Dios», a través del cual hacía un llamado a la reflexión sobre lo negativo y nefasto que era pensar en un conflicto bélico, en este caso con Chile, con quién se dirimía por ese entonces el límite en el Beagle, cuya negociación llegó a un punto de inflexión, cuando el Gobierno de Facto del Proceso de Reorganización Nocional movilizó las tropas a la frontera austral y la posibilidad firme de un enfrentamiento armado con el país vecino. Este sería quizás el antecedente más directo en el que el Rock Nacional comenzara a manifestarse en este sentido, un llamamiento a la paz.

Luego de la recuperación de Malvinas el 2 de Abril de 1982, la Guerra era inminente y muchos hechos se sucedieron a partir de ese momento. Con la guerra presente aparece Charly García y nos hace escuchar “No Bombardeen Buenos Aires”. En su letra se refleja la posibilidad latente por aquel entonces, del bombardeo continental, pero también expone la preocupación de parte de la sociedad argentina de aquel entonces, de recuperar la normalidad en su día a día y la poca o nula importancia que tenian las vidas de quienes combatían en las
islas.

No siendo menos, los hermanos Mouras con su grupo Virus, se niegan a ser parte del recital “FESTIVAL DE LA SOLIDARIDAD LATINOAMERICANA” y salen al ruedo con “El Banquete”. En su letra se manifiestan decididamente en contra del llamado a apoyar la Guerra por parte de los militares que regían los designios de la Nación por aquel entonces.

Evadiendo la censura de aquellos tiempos oscuros, el dúo Pedro y Pablo lanzan “Señora Violencia e Hijos”, canción a través de la cual apuntan directamente a la personalidad de Margaret Tatchert.

Ya en 1983 y con el conflicto aún latente en las conciencias sumado al fin del Proceso Militar, y con las elecciones a la vuelta de la esquina, Raúl Porchetto logra salir al ruedo con su obra «Reina Madre», que si bien había sido escrita durante la Guerra, la censura reinante había prohibido su publicación. Este tema está basado en la mirada humanizada del enemigo, porque es el relato de un soldado británico que debe combatir contra «iguales» y se plantea las circunstancias políticas que rodearon el conflicto.

Ese mismo año, es el joven Alejandro Lerner quien a través de su canción «La Isla de la Buena Memoria», pone por primera vez la mirada en un soldado argentino, anónimo y desconocido, que debe enfrentar la Guerra con poca preparación y en soledad.

Ya en 1985, Pil-Trafa le da voz a «Los Violadores» y por medio de su «Comunicado Número 166» y haciendo referencia al comunicado Oficial de las Fuerzas Armadas dónde se comunicaba el cese de las hostilidades, y es por medio de la letra de este tema que hacen una fuerte crítica a través de frases muy duras contra los militares y su accionar durante el conflicto.

En 1987 son nuevamente Los Violadores quienes trajeron a la conciencia popular las heridas que empezaba a dejar la Post Guerra en quienes habían participado del conflicto y pone la mirada en los caídos que quedaron, hasta ese momento, como olvidados en sus tumbas en las Islas Malvinas. A través de «Bombas a Londres» comienza, de alguna manera, a cambiar el ideario colectivo sobre la Guerra y las secuelas que quedaron en quiénes combatieron en ella.

En 1988 el álbum debut del grupo de Heavy Metal Rata Blanca, incluye el tema «Gente del Sur». En su letra la voz de Adrián Barilari reflexiona sobre las razones de todo lo vivido y cuál fue su sentido, pregunta que muchos comenzaban a hacerse por aquel entonces.

Con una nueva década es Ataque 77 quien toma la posta en 1995 y en su «2 de Abril» ponen la mirada en esos «chicos» que habían combatido en la Guerra y el olvido al que habían sido sentenciados por el proceso de Desmalvinización reinante desde la finalización del conflicto bélico. Aquí una vez más notamos un giro en la mirada de los artistas populares, y es la cultura quien comienza a levantar la bandera de la lucha por los derechos de los veteranos, y una vez más es el rock nacional como movimiento quien hace visible una realidad que otros estamentos de la sociedad intentaban ocultar.

En esta misma línea y ya en 1999, Almafuerte nos cuenta sobre el tomento que sufren quienes volvieron de la Guerra y vieron morir a sus camaradas. «El Visitante» se transforma en la banda sonora principal de la película homónima.

Iniciado el nuevo siglo, el cambio en la conciencia popular ya es rotundo. En 2005 aparece en la pantalla grande la película «Iluminados por el Fuego» que relata la historia real de un grupo de soldados, durante el conflicto y durante la posguerra en la piel de Edgardo Esteban y sus compañeros de la AEROT 4, y nos muestra la cruel realidad a la que deben enfrentarse durante la posguerra, siendo el apoyo de los propios compañeros el único medio con el que contaban por aquellos días, nos relata sobre los suicidios en soledad de quienes no pudieron contar con las herramientas necesarias para hacer frente al Estrés Postraumático de Guerra, las carencias en el sistema de salud y la ausencia de políticas de Estado en este sentidos. La banda sonora de este film dirigido por Tristán Bauer, está a cargo de León Gieco, quien «agiorna» la letra de «La Memoria» incluyendo la problemática de los Ex Combatientes y compone «Para la Vida»

En 2012 Ciro y Los Persas vuelven a poner la mirada en los Ex Combatientes, pero ya dándoles ese lugar que nuestra Historia tiene reservado para ellos. «Héroes de Malvinas» muestra nuevamente la problemática de sometimiento, ocultamiento, soledad y olvido que sufrieron nuestros ex soldados combatientes de Malvinas y apuntan contra quiénes les dieron la espalda.

Finalmente es Fito Paéz que recupera esa misma visión y es a través de su obra «La Canción del Soldado y Rosita Pazos» de 2014, que marca en esta letra las dificultades que han sufrido al intentar desprenderse de lo vivido en todos esos años en que la mirada estuvo puesta de alguna manera en la «lástima» más que en la empatía y el reconocimiento de sus acciones, y su lucha silenciosa contra todos los escollos que se les ha puesto en el camino a lo largo de estos 42 años.

Mucho camino queda aún por recorrer y seguramente muchos artistas retomarán estas cuestiones que hasta acá hemos intentado analizar con mucho respeto y empatía. Lo único que nos queda por agregar es que, sin lugar a dudas, es el Rock Nacional, una vez más, quien pone en la vidriera muchas cuestiones que de otra manera quedarían en el olvido.

«Solo le pido a Dios
Que la guerra no me sea indiferente
Es un monstruo grande y pisa fuerte
Toda la pobre inocencia de la gente
…» (León Gieco, 1978)

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